Anoche, cuando se cumplían 33 años del 23F, Jordi Évole y el equipo de Salvados (La Sexta), nos ofrecieron un falso documental, vendido como una verdad que iba a removernos a todos. Tema peliagudo el elegido. Para algunos una genialidad de Évole, para otros una tomadura de pelo de mal gusto. Esta cabra, se queda con la 2ª.
La
10ª acepción de la palabra Gusto en la RAE, es la siguiente:
Manera de apreciar las cosas cada persona.
Partiendo
de esa base, el gusto es algo subjetivo. El hecho de que alguien no comparta el
nuestro, no convierte a ese alguien en mejor, ni peor. Digo esto, porque dudo
mucho que lo más acertado por parte de los entusiastas del falso documental,
sea ponerse en plan petardo con los detractores del mismo, diciéndonos lo ciegos,
estúpidos, simples, carentes de sentido del humor o poco críticos que somos con
la forma de manejar la información (o desinformación) de los medios en estos
tiempos. Por no hablar de lo simplista que resulta el razonamiento de: "los que están indignados, es porque han sido engañados". Craso error. Anoche leí, no pocos, tuits en los que nada más empezar el programa, algunas personas ya aseguraban que era una ficción mala y de mal gusto.
Exactamente lo mismo ocurre a la inversa, si no nos ha gustado, no tenemos porqué criticar a diestro y siniestro a quienes les ha entusiasmado. Es una cuestión de gusto, de
opinión, no una verdad absoluta.
Después
del falso documental, Évole venía a decir, vía vídeo: “Os he mentido, pero ¡eh!
Os lo estoy reconociendo. Muchos os mienten y no os lo dicen”.
Exacto, querido
Évole, muchos nos mienten, demasiados y al hacerlo nos toman por tontos. Que
reconozcas la mentira, no te convierte en alguien mejor que ellos.
Pareces empeñado en abrirnos los ojos ante la manipulación, en hacernos reflexionar, ¿por qué das por hecho que no los tenemos abiertos ya? ¿Por qué no nos crees capaces de reflexionar sin ayuda? ¿Sin tu ayuda? ¿Por qué da la sensación de que te "autoproclamas" adalid de la verdad y del periodismo? Lo desconozco. Tampoco soy de ponerme a especular sobre los motivos que llevan a alguien a actuar de una determinada manera.
Lo que tengo claro es que, entre
que me mientan y sigan adelante con la mentira o que me mientan y reconozcan
que lo hacen, prefiero la opción que no se me da: que sencillamente, no me
mientan. Y ¡sorpresa! No soy la única.
En cualquier caso, enhorabuena, lo que es indiscutible es que al menos conseguiste uno de tus objetivos. Todo sea por la audiencia.
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